lunes, 24 de diciembre de 2012

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Angeles de la guarda, Arcángeles y Demonios


LA DOCTRINA DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LOS ÁNGELES

El Mundo de los ángeles es esa realidad "invisible", ese mundo también creado por Dios, que rezamos en el Credo: "Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible e invisible."

I. ¿QUIENES SON LOS ÁNGELES?

El nombre de "ángel" proviene del griego "mensajero". Así, los ángeles -los ángeles buenos, los que permanecieron fieles a su Creador- son, entre otras cosas, por cierto no la más importante: Mensajeros de Dios.

Sin embargo, San Agustín, como lo cita el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, dice respecto a los ángeles: "El nombre de Ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré qué es un ángel". (NC #329)

Pero antes que su misión de Mensajeros está la de ser "servidores" de Dios. Por eso, el Nuevo Catecismo, al definir a los ángeles acentúa la palabra "servidores": "Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios... son agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra (cf. Sal 103, 20)." (NC #329)

La existencia de los ángeles es una verdad de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la Tradición de la Iglesia (NC #328). También es una verdad de fe establecida por la Escritura y por la Tradición y claramente expresada en la Doctrina Cristiana desde los comienzos, que el mundo espiritual, el mundo de los ángeles, comenzó con el tiempo y fue creado por Dios. "Dios... con Su infinito poder creó... al comienzo del tiempo ambas criaturas, las espirituales y las corporales; es decir, la angélica y la terrestre, y luego la humana, como criatura intermedia, compuesta de alma y de espíritu." (Concilio de Letrán 1215, ratificado posteriormente por varios Concilios de la Iglesia en el Siglo XIXI.

De acuerdo con este definición conciliar, sabemos que los Ángeles fueron creados cuando comenzó el tiempo y no desde la eternidad. Como criaturas que son de Dios, fueron producidas por Su poder infinito y de la nada.

1. Naturaleza de los ángeles

Son seres puramente espirituales, creados por Dios. Sin embargo, pueden tomar formas visibles, como sucedió al Arcángel San Rafael cuando acompañó a Tobías en su viaje (cf. Tb 5,12) o cuando después de la Resurrección y de la Ascensión de Nuestro Señor, aparecieron ángeles en formas humanas (cf. Mc 16, 5 y Hch 1, 10). Sin embargo, los cuerpos que asumen los ángeles no forman parte de su naturaleza; son meros instrumentos necesarios para comunicarse visiblemente con los hombres y cualquier acción humana que parezcan estar realizando, es sólo apariencia. "Ustedes me veían comer y hablar, pero sólo era apariencia"; dijo San Rafael Arcángel a Tobías al final de su jornada juntos cuando le descubrió su identidad (Tb 12, 19).

Los ángeles tienen inteligencia y voluntad y son criaturas personales e inmortales (cf. Lc 20, 36). (NC #330)

Por ser puramente espirituales e inmateriales, superan en perfección a todas las criaturas visibles (NC #330). Así, ocupan el primero y más alto lugar en la escala del universo creado. El hombre es segundo en la escala de las criaturas: "Lo hiciste poco inferior a los ángeles"(Sal 8, 6). [Algunas traducciones dicen "poco inferior a un dios", pues hubo un tiempo en que se hablaba de los ángeles como "dioses".]

Los Santos Ángeles también poseen extraordinaria belleza y esplendor. En una de sus visiones del Apocalipsis, cuando San Juan vio un ángel en toda su gloria, creyó que era Dios mismo y se postró para adorarle, habiendo sido corregido en su equivocación por el propio ángel (cf. Ap 22, 8). Los ángeles suelen esconder su gloria cuando se manifiestan a los hombres.

Entre todos los seres creados por Dios, los ángeles son los que mejor reflejan las cualidades divinas (cL Cathechism Explained, SpiragoClarke ©1899, 1921).

A veces, los ángeles son representados como niños, para destacar su inmortalidad y su eterna juventud; también con alas, para expresar su rápida movilidad y su prontitud en llevar a cabo la voluntad de Dios; otras veces con arpas, para significar que constantemente alaban a Dios; en otras ocasiones, sin cuerpo y sólo con cabeza y alas para mostrar que son seres intelectuales.

Es bueno hacer notar que los demonios o ángeles caídos, al igual que los ángeles buenos, son seres puramente espirituales que no han perdido ninguno de sus poderes angélicos. Perdieron, sí, la gracia sobrenatural al oponerse a Dios.

2. Número de los Ángeles

El número de ángeles -la cantidad de aquellos que permanecieron fieles, es decir los ángeles buenos que sirven a Dios- es inmensamente grande.

Al describir el Trono de Dios rodeado de espíritus celestiales, él Profeta Daniel usa una cifra muy alta, más que eso, una expresión hiperbólica para sugerir que la multitud de ángeles está fuera de nuestra capacidad de medición: "Miles y miles lo servían; miríadas y miríadas estaban en pie delante de El" (Dn 7, 10).

También en el Apocalipsis, San Juan describe una visión de cantidades incalculables de ángeles rodeando el Trono de Dios: "Se contaban por millones y millones"(Ap 5,11).

Sobre el número de ángeles caídos o demonios, algunos han encontrado lo que puede ser una proporción entre los ángeles y los demonios en esta cita del Apocalipsis: "Apareció también otra señal un enorme monstruo rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y con la cola barre un tercio de las estrellas del cielo, precipitándolas a tierra "(Ap 12, 3).

En todo caso, exégetas y teólogos coinciden en que el número de ángeles que permanecieron fieles excede en mucho a los que se rebelaron a Dios.

3. Funciones de los ángeles

"¿Es que no son todos ellos espíritus [ángeles] servidores con la misión de asistir a los que Un de heredarla salvación?"(Hb 1,14). Los ángeles son encargados de las órdenes de Dios, atentos a la voz de Su palabra (cf. Sal 103, 20-21).

Es decir: los ángeles sirven a Dios y -si Dios así lo dispone- pueden servir a los hombres en los designios salvíficos que El tenga para nosotros (cf. NC #350). Este concepto, de que los ángeles están al servicio de Dios y -sólo si Dios lo desea- pueden estar al servicio de los hombres y para fines tendientes a nuestra salvación, es de suma importancia para entender mejor el análisis que presentaremos más adelante.

• Glorifican a Dios sin cesar. Los ángeles "ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. " (Mt 18, 10)

• Ayudan a la Iglesia en su conjunto a lo largo de su peregrinar en la Tierra y protegen a cada ser humano en particular. (cf. NC #352)

• El nombre genérico de "ángel" no revela su verdadera naturaleza y funciones, si bien ocasionalmente -sólo a veces- pueden ser enviados como mensajeros de Dios a los hombres. El oficio de mensajeros no es el más importante, ni el más frecuente entre las funciones de estos espíritus de la Corte Celestial (cf. P. Pascal Parente en Beyond Spac).

• Pertenecen a la Corte de Dios, al Ejército de Dios, y asisten a Dios en el gobierno del mundo (cf. The Catholic Encyclopedia, Broderick, 1986).

• Según el Nuevo Catecismo, desde la creación (cf, Job 38, 7, donde los ángeles son llamados "hijos de Dios") y a lo largo de toda la historia de la salvación, los ángeles anuncian de lejos o de cerca esa salvación y sirven al designio divino de su realización.

Y continúa el Nuevo Catecismo con la mejor ilustración sobre la variedad de funciones que realizan los ángeles, extraídas de varios pasajes de la Sagrada Escritura, en donde aparece la acción de algún ángel (cl: #332 y #333):

• Cierran el Paraíso terrenal (cl: Gn 3, 24); protegen a Lot (cl Gn 19); salvan a Agar y a su hijo (cf. Gn 21, 17); detienen la mano de Abrahám (cf. Gn 22, 11); la ley es comunicada por su ministerio (cf. Hch 7, 53); conducen al pueblo de Dios (cl: Ex 23, 20-23); anuncian nacimientos (cf. Jc 13) y vocaciones (cl Jc 6, 11-24; Is 6,6); asisten a los profetas (cf. 1 R 19, 5). Finalmente, el Ángel Gabriel anuncia el nacimiento de San Juan Bautista, el Precursor, y el de Jesús mismo (cl: Lc 1, 11-26). Desde la Encarnación hasta la Ascensión, la vida del Verbo Encarnado está rodeada de la adoración y el servicio de los ángeles: cuando Dios introduce a Su Primogénito en el mundo, dice"Adórenle todos los ángeles de Dios"(Hb 1, 6). Su cántico de alabanza en el nacimiento de Cristo no ha cesado de resonar en la celebración de la Iglesia: "Gloria a Dios en el cielo... "(Lc 2, 14). Protegen la infancia de Jesús (cf. Mt 1, 20; 2, 13-19); sirven a Jesús en el desierto (cf. Mc 1, 12; Mt 4, 11); Lo reconfortan en Su agonía (cl: Lc 22, 43). Son también ángeles quienes "evangelizan" anunciando la Buena Nueva de la Redención (cf. Lc 2, 814) y de la Resurrección de Cristo (cf. Mc 16, 5-7). "Con ocasión de la Segunda Venida de Cristo, anunciada por los ángeles (cf. Hch 1, 10-11), éstos estarán presentes al servicio del Juicio del Señor (cf. Mt 13, 41; 25, 31; Lc 12, 8-9)" (NC #333).

Concluye el Nuevo Catecismo con varias citas de los Hechos de los Apóstoles, en las cuales aparece algún ángel actuando en favor de los discípulos (cf. Hch. 5, 18-20; 8, 26-29; 12, 6-11; 27, 23-25), y cierra el recuento con la siguiente afirmación:

"De aquí que toda la vida de la Iglesia se beneficie de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles" (#334).

4. Movilidad y Poderes de los Ángeles

Para entender el extraordinario poder de los ángeles es necesario conocer su peculiar relación con el espacio y cómo se mueven de un sitio a otro.

Su presencia en un sitio se determina -y ocasionalmente se conoce por la actividad que ahí desarrollan. Un ejemplo gráfico de la presencia de un ángel conocida por el poder ejercido en un determinado lugar, es el recuento de las curaciones milagrosas que tenían lugar en la piscina de Betseda en Jerusalén. "El Ángel del Señor bajaba de vez en cuando y removía el agua y el primero que se metía cuando el agua se agitaba, quedaba sano de cualquier enfermedad" Un 5, 4).

Los ángeles no son omnipresentes; no están en todas partes a la vez, como sucede con Dios. Sin embargo, los ángeles pueden trasladarse de un sitio a otro con la velocidad del pensamiento. Su movilidad no es por locomoción, sino simplemente por un cambio instantáneo de lugar, aunque la distancia real entre dos lugares sea considerable.

El funcionamiento de nuestra mente es lo que más se acerca a la movilidad de los ángeles; es decir, lo que nosotros podemos hacer sólo mentalmente, los ángeles pueden realizarlo efectivamente.

En la Biblia aparece registrado además el hecho de que los ángeles son capaces de transportar con ellos a esa velocidad instantánea, objetos materiales e incluso a seres humanos. Un ejemplo excelente aparece en el Libro de Daniel (cf. 14, 32-38). El ángel trasladó al profeta Abacuc desde Judea hasta Babilonia, 'con la rapidez de un espíritu'; cargado con comida para Daniel quien se encontraba preso en el foso de los leones, y lo regresó de la misma manera.

Los ángeles tienen un poder muy superior al humano. Un ángel destruyó a todos los primogénitos de Egipto. Un solo ángel causó la muerte de 185 soldados asirlos que blasfemaron contra Dios (cf. Is 37, 36). Un ángel protegió del fuego a los tres jóvenes que el rey de Babilonia había mandado quemar vivos en el horno (cf. Dn 3, 49).

5. Conocimiento y Lenguaje de los Ángeles

Los ángeles son inteligencias espirituales que tienen un conocimiento, no como el del hombre, adquirido a través de sus sentidos y mediante un proceso gradual y laborioso, sino que lo obtienen por intuición. De tal manera que no llegan a conclusiones por medio de razonamientos sino que en forma inmediata conocen la verdad.

Si bien los ángeles no conocen todo, por ejemplo, en cuanto al día del juicio "ni los ángeles de Dios "lo conocen (cL Mt 4, 24-36), entienden y conocen mucho más que los hombres.

Los ángeles se comunican entre ellos (cf. Zac 1, 11). Y así como por instrucciones del Señor los ángeles pueden asumir forma humana para presentarse a los hombres, igualmente emiten la voz humana y hablan el lenguaje humano cuando se dirigen a los hombres, como en el caso del Arcángel Rafael con Tobías.

Sin embargo, Santo Tomás de Aquino sostiene que los ángeles se hablan entre sí por un mero acto de la voluntad, abriendo su mente y revelando cualquier idea que deseen transmitirse unos a otros. Este lenguaje angélico es llamado "iluminación".

6. Clasificación de los Ángeles

Teólogos y escritores sagrados de los comienzos de la Iglesia, basándose en la enumeración dada en la Sagrada Escritura por Isaías (cf. 6, 2), Ezequiel y San Pablo (cf. Col 1, 6; Ef 1, 21; Rom 8, 38), donde se mencionan nueve órdenes diferentes de ángeles, los han clasificado en tres jerarquías distintas, cada una incluyendo tres órdenes:

JERARQUÍA SUPERIOR
Serafines - Querubines - Tronos

JERARQUÍA INTERMEDIA
Dominaciones - Virtudes - Potestades

JERARQUÍA INFERIOR
Principados - Arcángeles – Ángeles

Estos nueve coros de ángeles se diferencian entre sí por el grado de perfección de su naturaleza y de su gracia, siendo éstas mayores mientras más elevado sea su rango. Hay que hacer notar que todos son llamados "ángeles", pero que este nombre se aplica también al coro inferior, al cual generalmente suelen pertenecer los Ángeles de la Guarda.


II. LOS ARCÁNGELES

Por la Biblia sólo se conocen los nombres de tres Ángeles pertenecientes al Coro de los Arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael. Y, aunque sabemos por la misma Escritura que son siete los Arcángeles: "Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que tiene entrada a la gloria del Señor" (Tb 12, 15); `Reciban gracia y paz de Aquel que Es, que era y que viene, de parte de los Siete Espíritus que están delante de Su Trono "(Ap 1, 4), la Iglesia prescribe el uso de nombres de ángeles que no se encuentren en la Biblia. Otros nombres fueron tomados de escritos apócrifos y puesto que no aparecen en la Sagrada Escritura fueron rechazados por la Iglesia en el año 745 y posteriormente en el año 789.

1. San Miguel Arcángel

Miguel significa "Quién como Dios". Su nombre es el grito de batalla que este Arcángel opuso al grito de rebelión de Luzbel (ahora Lucifer): "Seré como el Altísimo "(Is 14, 14) y "No serviré" Jer 2, 20).

El nombre de Miguel aparece por primera vez en el libro del profeta Daniel: "Miguel, uno de los primeros ángeles, ha venido en mi ayuda " (Dan 10, 13). `En aquel tiempo se levantará Miguel, el Gran Jefe que defiende a los hijos del pueblo "(Dan 12, 1).

La Iglesia llama a San Miguel Arcángel "Príncipe de los Ejércitos Celestiales". Desde muy antiguamente e incluso hasta hoy, San Miguel Arcángel es considerado el gran defensor de la Iglesia, como fue defensor del pueblo de Israel, prefiguración de la Iglesia (cl: Ex 13, 21; 14, 19; 23, 20-22).

2. San Gabriel Arcángel

Casi todas las misiones y manifestaciones de Gabriel están relacionadas con la venida del Mesías. El más grande y más feliz mensaje encargado a un Ángel desde el principio de los tiempos fue el que el Arcángel Gabriel le vino a traer a la Santísima Virgen María, cuando le anunció la Encarnación del Hijo de Dios en su seno, el nacimiento de Cristo, el Redentor de la humanidad.

Muy probablemente fue Gabriel quien llevó el anuncio del Nacimiento del Redentor a los pastores de Belén, siendo luego acompañado por una multitud de otros ángeles, que "todos alababan a Dios diciendo: «Gloria a Dios en lo más alto del Cielo y en la tierra gracia y paz a los hombres que ama el Señora"(Lc 2, 13).

Posiblemente fue este Arcángel quien avisó a San José en sueños que se llevara al Niño y a Su Madre a Egipto, para evitar que Jesús fuera muerto por Herodes (cf. Mt 2,13).

Pareciera también que de los tres Arcángeles que conocemos podría ser Gabriel quien con voz potente dé la señal de la venida de Jesucristo el día del Juicio (cf. 1 Tes 4,16).

3. San Rafael Arcángel

Rafael significa "Dios sana". Para conocer la actividad de San Rafael, debemos leer con detenimiento la más amplia "angelofanía" o manifestación de un ángel que aparece en la Sagrada Escritura. Es la historia del Arcángel San Rafael bajo la forma y el nombre de un joven llamado Azarías, auxiliando y acompañando a otro joven llamado Tobías y sanando a quien llegaría a ser su esposa, Sara (cf. Tb 12). Este bello relato es muy ilustrativo del papel que desempeñan los ángeles. Revela cómo actúan cuando asumen la forma humana y su naturaleza angélica, su poder, sabiduría y santidad se manifiestan en los variados incidentes de esta encantadora narración.

San Rafael Arcángel debe haber sido el encargado de mover las aguas de la piscina de Betseda en Jerusalén (cf. Jn 5, 4).


III. LOS ÁNGELES DE LA GUARDA

Aunque por parte de la Iglesia Católica no existe una definición dogmática formal en cuanto a la doctrina de los Ángeles de la Guarda o Ángeles Custodios, esta creencia es considerada como materia de fe, porque es enseñada por el Magisterio de la Iglesia y porque refleja el contenido de la Sagrada Escritura y la Tradición Cristiana.

Por eso dice el Nuevo Catecismo en relación a los Ángeles Custodios: "Desde la infancia (cL Mt 18, 10) a la muerte (cL Lc 16, 22), la vida humana está rodeada de su custodia y su intercesión" (cf. Sal 34, 8; 91, 10-13) y, citando a San Basilio, nos recuerda que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida" (S. Basilio, Eun. 3, 1). (NC #336)

Según San Anselmo, el Ángel de la Guarda es asignado en el instante de la concepción ("cuando el alma se une al cuerpo").

El mismo Jesucristo se refirió a los Ángeles de la Guarda de cada uno cuando dijo: "Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos "(Mt 18, 10).

En el Antiguo Testamento aparecen varias citas de la acción de los Ángeles Custodios: con Jacob (cL Gen 32,1) y con Judith (cL Jdt 13, 20). Una de las más importantes en el Nuevo Testamento es la liberación de San Pedro de la prisión, cuando el propio Pedro, al darse cuenta, exclama: `Ahora me doy cuenta realmente de que el Señor ha enviado su ángel yme ha arrancado de las manos de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo de los judíos" (Hch 12, 11).

Santo Tomás de Aquino, quien en la Suma Teológica incluye un estudio filosófico extensísimo sobre los ángeles, opina, al igual que otros teólogos, que personas que tienen asignadas responsabilidades importantes como el gobierno de naciones, comunidades civiles o comunidades eclesiásticas (Obispos, Abades, Superiores, Párrocos etc.), independientemente de sus respectivos Ángeles de la Guarda, les son asignados uno o más ángeles cuando asumen estas elevadas tareas para asistirlos en la guía de las personas encomendadas a su cuidado.

1. Ángeles Custodios de Naciones e Iglesias

Santo Tomás de Aquino sostiene igualmente que, siendo los ángeles servidores de la Providencia Divina, no sólo la vida de cada ser humano sino también las naciones, ciudades, iglesias y comunidades están bajo la protección y el cuidado de ángeles. Esta afirmación también es compartida por otros teólogos.

La confirmación más reciente de este principio lo encontramos en las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima, Portugal, en 1917, que fueron precedidas un año antes (1916) por el Angel Guardián de Portugal, el cual se apareció en tres ocasiones a los tres niños que posteriormente verían a la Madre de Dios.

2. Funciones de los Ángeles Custodios de cada Ser Humano

Las palabras del Señor a Su pueblo escogido son usadas por la Iglesia en la Liturgia de la Fiesta de los Santos ángeles Custodios: "Voy a enviarte un Angel delante de ti, para que te cuide en el camino y te conduzca al lugar que te he preparado..."(Ex 23, 20).

• "Para que te conduzca al lugar que te he preparado". Esta es la misión más importante y el mayor deseo de nuestro Ángel de la Guarda: conducirnos al Cielo, al lugar que nuestro Padre Dios nos tiene preparado, el cual ellos ya conocen y poseen en plenitud, mientras nos acompañan a lo largo de nuestra vida terrena. Así pues, ayudarnos en nuestra salvación es la función más importante de nuestro Ángel Custodio.

• "Para que te cuide en el camino ; denota "protección". Los Ángeles de la Guarda nos defienden y protegen de las seducciones del Demonio, nos ayudan en las tentaciones e interceden por nosotros ante Dios en esos momentos. Nos mueven a hacer el bien y evitar el mal; nos mueven a cumplir la Voluntad de Dios. Es decir, hacen el trabajo contrario a los demonios.

Esta protección también es física. Recordemos a Daniel en la cueva de los leones (cf. Dn 6, 23), a los tres jóvenes en el horno (cf. Dn 3, 49) y a San Pedro en la prisión (c£ Hch 12, 7).
Esta amplia protección asignada a los Ángeles Custodios puede verse claramente en el Salmo 90, en el cual leemos que el Señor ha ordenado a Sus ángeles guardarnos en todos nuestros caminos y llevarnos en sus manos para que nuestros pies no tropiecen contra las piedras.

• Nuestros Ángeles de la Guarda oran por nosotros y con nosotros. San Rafael Arcángel ofrecía las oraciones de Tobías (cl: Tb 12,12). El Ángel del Apocalipsis ofrece las oraciones de todos los santos (cf. Ap 8, 3-4). No es que el Señor no oiga nuestras oraciones, sino que los ángeles unen sus oraciones a las nuestras para hacerlas más aceptables a Dios. Dice Santo Tomás de Aquino: "Nuestro Ángel de la Guarda participa en todos los beneficios que recibimos de Dios, porque él nos ayuda a obtenerlos."

Dentro de su función de orar con nosotros, como los Ángeles Custodios alaban a Dios incesantemente, ellos desean y nos mueven a nosotros, sus protegidos, a unirnos a ellos en la oración vocal más elevada que hay, la alabanza a nuestro Dios y Creador. Es por ello que el Arcángel Rafael, antes de revelar su verdadera identidad y despedirse de Tobías y Sara, les instruye así: "Bendigan siempre "al Señor... A El deben bendecir y cantar todos los días... Bendigan ahora y den gracias al Señor" (Tb 12, 16-21).

• Es en la hora de la muerte cuando el Ángel de la Guarda muestra mayor cele. Esta creencia cristiana de que el alma es acompañada por su Ángel al Tribunal de Dios se basa en las palabras de Nuestro Señor Jesucristo: "Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahám..."(Lc 16, 22. Así también el Ángel de la Guarda acompañará a nuestra alma al lugar preparado para ella desde toda la eternidad, donde juntos podremos gozar de la Visión Beatífica y entonar el incesante cántico de alabanza y acción de gracias al Dios Uno y Trino, Señor de Cielos y Tierra.


IV. HISTORIA DE LOS "ÁNGELES CAÍDOS" O DEMONIOS

Antes de admitir a los ángeles a la visión plena de Su Gloria (Visión Beatifica), Dios los sometió a una prueba, así como el hombre tuvo su prueba también.

La naturaleza de la prueba no se conoce con certeza, pero muchos teólogos sostienen que el Padre Eterno reveló a los ángeles la futura Encarnación de Su Divino Hijo y les hizo saber que al Dios hecho Hombre debían rendir adoración.

Luzbel, uno de los ángeles más gloriosos, elevados y bellos de la Corte Celestial, deslumbrado y ofuscado por la soberbia, habiéndose atribuido a sí mismo los maravillosos dones con que el Creador lo había dotado, se rebeló contra Dios. No aceptó el supremo dominio del Señor y se constituyó así en "adversario" de su Creador, elevando su gran grito de rebelión y de batalla: "No Serviré "(cf. Jer 2, 20). "Seré igual al Altísimo" (cl Is 14, 14). Muchos otros ángeles le siguieron en su soberbia (se dice que hasta un tercio de ellos). Pero en ese momento, otro gran Arcángel, igual en belleza y gracia que el arrogante Lucifer, se postró ante el Trono de Dios y, en un acto de profunda adoración, opuso al grito de batalla de Lucifer uno de amor y lealtad: "¿Quién como Dios?" (Miguel).

Y es así como San Miguel Arcángel obtuvo su nombre con ese grito de fidelidad y es así como Luzbel se constituyó él mismo en Lucifer, "Satanás" (el adversario), el Enemigo, el Diablo. A él se han aplicado las palabras del profeta Isaías: `¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora!¡Has sido abatido a tierra, dominador de naciones! Tú que habías dicho en tu corazón: «11 cielo voy a subir, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono.. Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altísimo. ¡Ya! Al seol has sido precipitado, a lo más hondo del pozo."(Is 14,12-15). [Según los exégetas, estas palabras son una parábola directamente alusiva al Rey de Babilonia e indirectamente a Satanás, cuyo espíritu y acciones se reflejaban en la conducta del rey).

La conclusión de esta batalla entre los ángeles Buenos y los ángeles Malos se encuentra en el Apocalipsis: "Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el Dragón.. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él... " (Ap 12, 7-10).

Dice San Pedro. "Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitados en el tártaro, los entregó alas cavernas tenebrosas, reservándolos para el juicio..." (2 Pe 2, 4). "No hay arrepentimiento para ellos después de la caída, como no hay arrepentimiento para los hombres después de la muerte " (San Juan Damasceno). Y el Nuevo Catecismo nos dice que no fue por un defecto de la Misericordia Divina que el pecado de los ángeles caídos no fuera perdonado, sino debido al carácter irrevocable de su elección (cf. NC #392 y #393).

V. ENSEÑANZAS DEL PAPA JUAN PABLO II
SOBRE LA CAÍDA DE LOS "ÁNGELES REBELDES

Con una Catequesis dada en la Plaza de San Pedro, el 13 de agosto de 1986 y ratificada por el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, el Papa expone la postura del Magisterio de la Iglesia frente a muchos errores que existen con relación a este tema.

Por una parte, están aquellos que niegan rotundamente la existencia de Satanás y del Infierno, y hay otros que, aún aceptando su existencia, sostienen que al Infierno no va nadie, porque Dios es infinitamente misericordioso, olvidando que Dios también es infinitamente justo y que el mismo Jesucristo nos advierte sobre la posibilidad de condenarnos (cf. Jn 3, 17; Lc 3, 17; Lc 16, 19-31; Mt 25, 31-46). Otros opinan que mencionándolo se asusta a la gente y que es mejor no poner el acento en lo negativo. Otros más piensan que al no mencionarlos se les tiene más lejos o se les hace perder la influencia que indudablemente tienen sobre el hombre y sobre el mundo entero (cl: NC #395). Hay quienes consideran que el Demonio no existe como un ser personal, sino más bien como un principio o una idea, como el "mal" en oposición al "bien"; o más en la línea del "New Age"- que el "mal" es lo que cada uno quiera creer que es.

Todas estas posturas contradicen la enseñanza de la Iglesia Católica (cf. NC #391-395 y 413-415), según lo expone el Papa Juan Pablo II en dicha Catequesis, basándose en la Sagrada Escritura (cf. Jn 5, 19; Mt 13, 38-39; Mt 17, 21; Mc 9,29; 1 Pe 5, 8) y en la que deja claramente asentadas, entre otras cosas, lo siguiente:

1. Satanás sigue tratando de tentar al hombre a insubordinarse contra Dios como lo hizo con nuestros primeros padres.

2. Satanás y los ángeles caídos tratan de ocultarse. Así pueden actuar mejor contra el hombre en el mundo.

3. El Padrenuestro, oración que Jesucristo nos enseñó, nos recuerda que estamos continuamente expuestos al Maligno: "no nos dejes caer en la tentación y líbranos del Mal - del Maligno". Dijo textualmente el Papa: "Veía yo caer a Satanás como un rayo"; frase de Jesús (Lc 10, 18) con la que el Señor afirma que el anuncio del reino de Dios es siempre una victoria sobre el Diablo... Interesarse por esto quiere decir prepararse al estado de lucha que es propio de la vida de la Iglesia en este tiempo final de la historia de la salvación, así como afirma el Apocalipsis (cl` 12, 17) ... El espíritu maligno trata de trasplantar en el hombre la actitud de rivalidad, de insubordinación a Dios. "Seréis como Dios" o "como dioses" ; fueron las palabras del tentador a los progenitores... Como efecto del pecado de los progenitores, este ángel caído que es Satanás ha conquistado en cierta medida el dominio sobre el hombre. Esta doctrina constantemente confesada y anunciada por la Iglesia, encuentra dramática expresión en la Liturgia del Bautismo cuando se pide al bautizado que renuncie al demonio y a sus seducciones ... En las Sagradas Escrituras Satanás es llamado "el príncipe de este mundo" (Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11) e incluso el "dios de este siglo" (2 Cor 4, 4). Encontramos muchos otros nombres que describen sus nefastas relaciones con el hombre: "Belcebú" o"Belial" "espíritu inmundo"; "tentador"; "maligno"y, finalmente, "anticristo"(1 Jn 4, 3). Se le compara a un `león"(1 Pe, 5, 8), a un "dragón" (en el Apocalipsis) y a una "serpiente" (Gn 3). Muy frecuentemente para nombrarlo se ha usado el nombre de "diablo"; del griego... que quiere decir: causar la destrucción, dividir, calumniar, engañar ... Y a decir verdad, todo esto sucede desde el comienzo por obra del espíritu maligno que es presentado en la Sagrada Escritura como una persona, aunque afirma que no está solo: "somos muchos", gritaban los diablos a Jesús en la región de los gerasenos (Mc 5, 9); "él diablo y sus ángeles"; dice Jesús en la descripción del juicio futuro (cf. Mt 25, 41) ...Según la Sagrada Escritura y especialmente el Nuevo Testamento, el dominio y el influjo de Satanás y de los demás espíritus malignos se extiende al mundo entero. Las impresionantes palabras del Apóstol Juan: "El mundo está todo bajo el maligno"(1 Jn 5,19) aluden también a la presencia de Satanás en la historia de la humanidad, una presencia que se hace más fuerte a medida que el hombre y la sociedad se alejan de Dios ... El espíritu del maligno puede "ocultarse" de forma más profunda y eficaz: pasar inadvertido corresponde a sus "intereses". La habilidad de Satanás en el mundo es la de inducir a los hombres a negar su existencia en nombre del racionalismo y de cualquier otro sistema de pensamiento que busca todas las escapatorias con tal de no admitir la obra del Diablo ... Se trata de un conflicto entre las fuerzas oscuras del mal y las de la redención. Comprendemos así por qué Jesús en la plegaria que nos ha enseñado, el "Padre Nuestro", termina casi bruscamente, a diferencia de tantas otras oraciones de su tiempo, recordándonos nuestra condición de expuestos a las insidias del Mal - del Maligno: "No nos dejes caer en la tentación, líbranos del Maligno." (De la Catequesis del Papa Juan Pablo 11 en la Plaza de San Pedro, 13. 8. 1986).

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